viernes, 18 de noviembre de 2016

Ser escritor


Intervención de Carlos Ruiz Lapresta en el programa Ligeros de equipaje.


Domingo por la tarde. Ahí fuera hace un día de esos que no invitan a recorrer la ciudad y tomarte un café en uno de sus muchos bares. Te quedas en casa. El fútbol no es lo tuyo y, si lo es, hoy no juega tu equipo. No hay mucho que hacer, pues por la mañana ya recogisteis las habitaciones, quitaste el polvo y hasta hiciste la comida para los próximos tres días. Te acercas a la estantería donde cogían polvo, hasta que lo quitaste, los libros que durante tu vida has ido acumulando. Los has leído todos, al menos una vez. Pero te decides por releer aquel que te trasladó a tu infancia, quizá a los mejores años de tu vida (nunca se lo explicarás así a tu esposa).


Tras la ventana percibes la humedad. Tarde plomiza que, sin querer…o no, ha hecho caer aquel libro en tus manos. Aún le queda la marca en una de sus últimas páginas de tu anterior lectura. Bendita, ahora sí, tu mujer, quien te sumergió en el maravilloso mundo de los marcapáginas. Dicen que no hay que doblar las esquinas de las páginas…pero a ti te gustaba así, y en el fondo te sigue gustando. Le daba vida, aún más, a ese libro inerte pero que guardaba mil historias y personajes en su interior.



Nunca te interesó nada del libro aparte de la historia en sí. No te acordabas de la portada mientras lo leías. Sabías quién lo había escrito….pero qué más daba. Pero esta vez, al sacar el libro de la estantería, lo primero que viste fue la trasera del mismo en el que había una foto de un tipo con gafas y con cara de pocos amigos. Estaba junto a una ventana, como tú en aquel momento. Y, sin querer, comenzaste a leer el libro comenzando a imaginar cómo era la vida de ese hombre, de aspecto poco atrayente, que te había hecho pasar tantos buenos momentos con la lectura de su libro.



Lo imaginaste solitario, huraño, con pocas habilidades sociales pues pasaba la mayor parte de su tiempo recluido en su pequeña habitación desordenada. Fumaba…y mucho, más de dos paquetes al día, aunque a decir verdad, la mitad se apagaban sin chuparlos, pues la inspiración le hacía olvidar el maldito vicio. Y bebía anís. Poco, eso sí, pero con una frecuencia inusitada…sorbo a sorbo en un vaso de chupito con incrustaciones de estaño. Bastante hortera, la verdad.



Pues ese tipo, que tanto te entretuvo y cuyo lenguaje e imaginación te llevó a tiempos que tanto extrañabas, el escritor de aquellas páginas….en realidad no estaba ahí. Estaba en esas antes polvorientas páginas. Su alma, su vida, su soledad o no….su todo…su todo lo confundía con su libro, con aquella fantástica historia, él era aquel libro…quizá también su vida que, finalmente, no fue muy diferente a la tuya.

Hoy homenajeamos a los escritores, los chupatintas, dicen algunos…al de pluma, al de boli y papel, al de máquina de escribir o al de potente ordenador última generación. A todas aquellas personas, hombre o mujer, que con sus palabras y fantasías han hecho, hacen y seguirán haciendo de la lectura de un libro el mayor de los disfrutes.

Agradecemos la colaboración del gran Chavi Bruna en la lectura de la carta final.




La leyenda de los diarios de Adolf Hitler.

“No entraré en más detalles de los que el libro es profuso, pero sí reseñar que la avaricia, el lucro, la soberbia, la envidia y casi todos los grandes pecados capitales aparecen en el texto. Ese es para mí el cómo se llegó a ello, el jugo y la lección que hemos de extraerle a este libro tan importante”.
Dr. Felipe Botaya.

En 1983, en plena "Guerra fría" una gran noticia conmovio a los medios de comunicación de todo el mundo occidental: Se habian descubierto los Diarios Secretos de Adolf Hitler en los restos de un avion derribado durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

Una importante editorial alemana pago un exobitante cantidad de dinero por un material historiografico que se publicito como el descubrimiento del siglo. Sin embargo, acabo por descubrirse que todo el montaje no habia sido más que una audaz y brillante añagaza de un estafador profesional.

¿Qué paso realmente?




La leyenda de los diarios de Adolf Hitler
Picaresca y terror en la Guerra Fria

Una obra de:

Dr Jeús Lorente
Prologo: Dr. Felipe Botaya

Edición en rústica con solapas
Páginas: 196
Tamaño: 21 cm x 15 cm
Peso: 325 gr.
Papel Blanco: 90 gr.
Cubierta estucada en mate de 260 gr.
ISBN-978-84-944634-7-1




PVP: 15,95 € (gastos de envío incluidos para España)


Pedidos a:

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